La política española ha sumado un nuevo capítulo de controversia con la dimisión de Noelia Núñez, diputada del Partido Popular (PP) y una de las jóvenes figuras emergentes de la formación, tras reconocerse errores en la publicación de su formación académica en la web del Congreso. La ya exdiputada anunció su renuncia este miércoles, abriendo así un nuevo frente de debate sobre la fiabilidad de los currículums en la política.
Núñez, que también dejó su acta como concejala en el Ayuntamiento de Fuenlabrada, ha asegurado que fue una decisión tomada por voluntad propia, no impuesta por el partido. «Recabo opiniones, por supuesto, pero la decisión es mía. Nadie me ha forzado; creo que es lo que había que hacer», afirmó este jueves en una entrevista con Antena 3.
Su salida ha sido interpretada por algunos dentro del PP como un gesto de responsabilidad. En palabras de la propia Núñez: «No basta con pedir perdón» y que «el perdón tiene que tener algo añadido».
La controversia comenzó cuando el ministro de Transportes, Óscar Puente, publicó un mensaje en la red social X señalando irregularidades en el perfil académico de Núñez. Desde entonces, el foco ha virado hacia otros políticos, provocando una escalada de reproches entre partidos.
Currículums falsos en política: un debate que vuelve con fuerza
La renuncia de Núñez no ha terminado con el conflicto. Al contrario, ha desatado una cadena de exigencias y reproches. El secretario general del PP, Miguel Tellado, ha reclamado la dimisión de varios cargos socialistas: «Óscar Puente debe tomar ejemplo de Noelia Núñez y dimitir por haber falseado un máster». También apuntó a Patxi López y Pilar Bernabé, afirmando que deben «dar explicaciones por anunciar titulaciones universitarias que no poseen».
Óscar Puente defendió su formación en un acto público, asegurando que su máster en Dirección Política fue obtenido «mucho antes del plan Bolonia, cuando los máster eran lo que eran» y que es algo que «se puede fiscalizar».
La respuesta no se hizo esperar. En una entrevista en TVE, la ministra portavoz Pilar Alegría fue tajante: «Noelia Núñez ha hecho lo que tenía que hacer, pero no por principios», sino porque «la han pillado con el carrito del helado».
Reacciones políticas: entre la ejemplaridad y la crítica a la mentira
Desde el Gobierno, distintas voces han coincidido en que las mentiras deben tener consecuencias. El ministro de Cultura y portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, aseguró que «aunque cualquier persona, independientemente del currículum que tenga, tiene derecho a participar en la vida pública, la mentira debe tener consecuencias».
En la misma línea, la vicepresidenta Yolanda Díaz y la eurodiputada de Podemos Irene Montero coincidieron en condenar el engaño, pero recordaron que no tener títulos académicos no debería impedir participar en política.
Por su parte, el líder de Vox, Santiago Abascal, fue más allá al señalar directamente al presidente del Gobierno: «La mentira es intolerable en política, pero Pedro Sánchez es el doctor ‘fake’ y, sin embargo, no dimite», expresó en una entrevista en Telecinco.
¿Qué pasará ahora? El efecto dominó de los títulos bajo la lupa
Lo ocurrido con Noelia Núñez ha reabierto un tema que aparece de forma cíclica en la política española: la veracidad de los títulos académicos. El caso recuerda a otros episodios polémicos como los másteres no concluidos o títulos inflados que han salpicado a cargos de diversos partidos.
Para Núñez, su salida representa un cierre, al menos por ahora, a su carrera en primera línea. Como declaró este jueves en el Congreso: «Ha sido un privilegio absoluto haber servido a los españoles en el Congreso defendiendo las ideas del Partido Popular».
Sin embargo, la tormenta política parece estar lejos de terminar. Los partidos se acusan mutuamente de opacidad y falsedad en sus trayectorias académicas. Mientras tanto, la ciudadanía vuelve a preguntarse cuán estrictos deben ser los filtros éticos y de transparencia para quienes ocupan cargos públicos.